Siempre nos han dicho que el amor exige ser demostrado con acciones y no con palabras. Es por esta razón que, el ser humano busca la manera de tangibilizar lo que siente ofreciendo regalos hacia la persona a la que ama. A menudo, esos pequeños detalles se valoran más que un simple “te quiero”.
Sin embargo, ¿por qué no empleamos ese mismo principio con el amor propio? ¿Hasta qué punto cuidar de la salud mental significa únicamente decir “me quiero”? ¿Por qué debemos expresar con acciones nuestro amor hacia otras personas y no lo ponemos en práctica con nosotros mismos?
El chocolate es el lenguaje del amor. En ocasiones románticas, el chocolate se ha convertido en un símbolo y un regalo comúnmente asociado con el amor y la expresión de afecto hacia la persona amada. Por ello, te propongo:
Regálate Amor (Propio) y saboréalo
Antes las cosas tenían estilo propio como color, forma o detalles. Ahora, esas mismas cosas son simples, sin nada especial. El problema con los detalles es que todos tenemos gustos diferentes y el minimalismo hace que las cosas, así como las opiniones, sean neutrales y guste a todos. Como los detalles no podrían coincidir con los gustos de alguien, simplemente se eliminaron.
Asimismo sucede en la sociedad, si deseas adaptarte a ella o simplemente gustar, debes simplificar e incluso eliminar tu personalidad. Por esa razón, cada rincón del mundo comienza a ser neutral y carente de identidad. Los colores y formas desaparecen y con ellas la diversidad, la belleza y simplemente, la vida misma.
Por ello, al querer representar con esta marca el amor (propio) hacia la personalidad y belleza de cada individuo he decidido realizar un logotipo con color, formas y detalles que, seguramente le dificulte adaptarse a la vida misma, pero sigue teniendo identidad.
Bienvenido a la fábrica del Amor (Propio).
