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"Tiempos modernos" de Ilustre viceverso

Escribe: Fabián López González 
 
 
Ilustra: Cristina Díaz Alamà 
Tiempos modernos
 
 
 
No me gusta, no me gusta, no me gusta, no me gusta, ¡Mierda! Este parecía mono. Siempre me pasa lo mismo; ¿y si era mi príncipe azul? Así me voy a quedar soltera para siempre.
 
Es que son unos pesados. Me lo dijo Juan; ellos hacen lo mismo pero al revés. Le dan a todas me gusta sin ni siquiera mirar la foto:
 
“Ponte en nuestro lugar María. No se cual será la estadística pero no me extrañaría que por cada chica haya cien chicos. ¿Cómo compitiendo contra 100 chicos vamos a llamaros la atención? En una aplicación tan superficial como esta, sólo los modelos o los que tienen pinta de “malotes” os pueden hacer tilín. La única posibilidad que tenemos los terrenales, es disparando a discreción. Cuantas más chicas nos gusten más posibilidades de match tendremos.  Cuantos más match, más posibilidades de hablar con vosotras. Cuanto más hablemos más probable es que veáis los encantadores que somos.”
 
Ellos no entienden que todos con los que tenemos match, nos abren sin excepción. Todos utilizan el típico mensaje gracioso para llamar nuestra atención y diferenciarse del resto. Tenemos la aplicación llena de primeros mensajes “originales.”
 
Mírate María, tu que siempre dijiste que el físico no importaba y ahora tu primer filtro no es otro que una imagen en una aplicación. ¿Y si no ha salido agraciado en la foto?, o al revés, ¿cuantos maestros del engaño habrán? Puede que esté dejando escapar al hombre de mi vida porque le haya dado que no a uno que no me gustaba en la foto.
 
Se acabó, ya no “ligaré” más así, ahora mismo me desinstalo la aplicación.
 
De los cinco con los que he quedado, con tres no pasé de la primera cita.  Vaya perdida de tiempo. De los dos últimos, Marcos era mono; más que mono era un bomboncito. No entiendo como estaba interesado en una chica como yo, pero lo cierto es que estaba muy interesado:
 
“¿Mi mensaje tiene “doble check” desde las 10:00 de la mañana y no me has dicho nada?”
 
Si era así con dos citas, ¿cómo iba a ser en una relación? Bye Bye, hasta otro ratito.
 
Lo peor es que haya vuelto a utilizar la app después de lo de Lucas. ¡Maldito cabrón! El tío para deshacerme de mi va y me dice:
 
-         “Eres una buena chica. Seguro que encontrarás a “ese” alguien que buscas, pero no soy yo. Me has conocido en un momento extraño de mi vida, (que no deja de ser un eufemismo del típico: “no eres tú, soy yo”). No estoy preparado para una relación en estos momentos. Ha sido bonito conocerte y si alguna vez necesitas algo, aquí tienes un amigo más.”
 
 
O lo que es lo mismo: “Ya tengo una medalla más en mi sala de trofeos y por mi como si te caes de un puente.”
 
Cinco citas, cinco tardes perdidas. Todo por la dichosa regla de las cinco citas que marta leyó en una revista de esas que lee.
 
“Tienes que esperar a la quinta cita, María. Hazme caso. Cualquier cosa que sea hacerlo antes de la quinta cita, sería parecer una pendona desesperada. Si sólo quiere acostarse contigo, cuando vea que en la tercera cita (que es lo que la mayoría acepta como correcto), no pasa nada, se alejará de ti y tu evitarás males mayores. Es un filtro muy efectivo. Cuanto más tiempo esperes lo volverás más loco. Si de verdad le interesas, aguantará y no te mostrará desesperación, (aunque muy seguramente por dentro esté deseando arrancarte la ropa y follarte hasta el fin del mundo). Con cinco citas tienes el tiempo suficiente para darte cuenta de si de verdad te gusta o simplemente lo habías idealizado. También os dará tiempo de crear el lazo de unión suficiente. Si después de la cuarta cita quieres seguir viéndolo y acostándote con él, entonces en la quinta cita cuando lo hagáis por primera vez, verás las estrellas. Todo lo que sea hacerlo antes de la quinta es una catástrofe.”
 
Catástrofe es hacer caso a esas revistas. Si me hubiera acostado en la primera cita quizás sería una puta, pero por lo menos me habría ahorrado el sentirme engañada y utilizada, la perdida de tiempo, la perdida de ilusión y en definitiva la perdida de fe en el género masculino.
 
Pero a ver María recapacita, si dejas de utilizar la aplicación, ¿cómo vas a conocer a más chicos? Ya has comprobado que lo de que te presenten amigos de los novios de tus amigas no funciona. Si con 34 años están solteros será por algo, ¿no? ¿Que dices tonta? Si con 34 años estás soltera será por algo, ¿no?
 
Quizás no hay para tanto. Ya tienes experiencia acumulada y sabes lo que te vas a encontrar. En el fondo es una herramienta valiosa. Ponen delante de tus narices a un montón de chicos que de otra manera no conocerías. Bueno, no la desinstalaré. Nunca se sabe.
 
De momento me alejaré de ella. Puedo empezar por apuntarme a intercambios de idioma, salsa, o esa aplicación donde gente con intereses comunes queda todas las semanas. Dicen que se conoce a mucha gente.
 
¡Uf! y la semana que viene otra comida familiar. A lo mejor ya se han cansado de hacer burla y no me preguntan esta vez. Ni hablar; seguro que salen con:
 
“Niña y ¿aun estás soltera? Se te va a pasar el arroz.”
 
Estoy segura de que la mayoría de la familia piensa que soy lesbiana.
 
Pero eso nunca te ha importado, ¿lo va a hacer ahora? A decir verdad tengo 34 años. Al final acabaré como la señora de los gatos. No recuerdo donde leí esto pero me hizo gracia:
 
-         Los chicos tontos van a por chicas tontas, los chicos listos van a por chicas tontas. Entonces, ¿qué consiguen las chicas listas?
-         Casi siempre, gatos.
 
Y yo me voy a quedar soltera, tonta y con gatos.
 
¿Sabes qué? Mejor la utilizo una última vez. Un último disparo a la desesperada, y luego ya si eso la desinstalo.
 
No me gusta, no me gusta, no me gusta, no me gusta, ¡Mierda!
"Tiempos modernos" de Ilustre viceverso
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"Tiempos modernos" de Ilustre viceverso

ESCRIBE: Fabián López González ILUSTRA: Cristina Díaz Alamà

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